sábado, 11 de mayo de 2013

Nuevo espacio liberado en Lavapiés. Reokupan el Laboratorio 2

Hoy inauguramos el nuevo espacio que vecinas y vecinos de Lavapiés hemos decidido liberar en el barrio. Esta decisión ha surgido de la necesidad que tenemos de contar con espacios donde poder llevar a cabo nuestra vida de una forma plena, donde desarrollar nuestras diferentes facetas junto a otras personas.
 
Esa inquietud nos hizo mirar a nuestro alrededor, conocer los espacios del barrio y sus gentes, su pasado y su presente. Es por ello que elegimos este lugar que inauguramos hoy. Este edificio fue ya un espacio social, liberado y autogestionado; en 1977 había quedado abandonado el inmueble, sin terminar de construirse y así permaneció, cerrado, hasta 1999 en que fue liberado y convertido en el CSOA El Laboratorio 2; dos años duró la experiencia (aunque el proyecto venía de antes y no terminó ahí), volviendo a quedar clausurado hasta ahora.
 
Esta es la historia del edificio…pero no es algo aislado, no es una excepción. Desde hace mucho tiempo empezó a gestarse lo que ha llegado a ser hoy una de las crisis económicas y sociales más graves por las que hemos pasado, que en el caso que nos afecta se basó en gran medida sobre la especulación urbanística. Pero esto también nos suena, las crisis son una de las características básicas del sistema económico en el que vivimos: unas pocas personas se lucran a base de especular con las vidas de las demás; otorgan valores monetarios a las cosas y convierten algunas de ellas, aunque sean básicas para la vida (como los inmuebles, ya sea para vivir o para compartir vida social) en inalcanzables. Nos atan al trabajo asalariado como único medio de acceder a los bienes, interacción en la que media ese objeto ficticio al que llamamos dinero. Todo en esta realidad está valorado por su tasación económica, incluidas las personas; pero no somos nosotrxs mismxs quienes establecemos las equivalencias, son quienes tienen el poder (y el dinero) quienes lo hacen. Son ellxs también quienes acostumbran a decidir sobre lo que nos afectan a todxs. Trabajo, estudios, hipotecas, consumo, dinero, salario, contrato…son conceptos en torno a los que gira nuestra vida diaria (ahora acompañados de tecnicismos tales como prima de riesgo, rescate, recesión) aunque no seamos quienes los hayamos elegido.
 
Pero a veces sucede que se altera el estado de cosas; a veces sucede que las personas se encuentran, que ponen en común sus intereses, realidades, necesidades o inquietudes. Y es ahí donde surgen los procesos sociales, de forma autónoma, desde la gente, donde surgen los cambios, desde abajo y en el día a día. La situación que vivimos actualmente ha favorecido la intensificación de los procesos colectivos; en un momento de crisis económica y de precariedad hemos encontrado el momento para salir a la calle y dejar volar nuestra imaginación, creyendo, ahora sí, que otra realidad no solo es posible si no que es necesaria.
 
Nuestro acto de okupar un edificio vacío surge de la creencia radical en la ilegitimidad de la situación actual de este lugar: mantener un espacio inutilizado durante tanto tiempo no puede ser aceptable. Quien lo mantiene clausurado se lo está robando a la sociedad. Es por ello que decidimos abrirlo; queremos transformar este lugar muerto, encerrado, en un espacio vivo, abierto; queremos, de nuevo, abrir las puertas a la creación colectiva, a la acción política directa…queremos, en definitiva, mantener un espacio liberado en el barrio, donde poder llevar a cabo aquello en lo que creemos: un espacio seguro, horizontal, autónomo, autogestionado, donde encontrar apoyo mutuo y donde cuidarnos.
 
Esto no surge ahora de la nada, venimos de La Escoba, La Alarma, Malaya, La Mácula, Casablanca, Magerit, Raíces; son muchos años de aciertos, errores, reflexiones, cambios y permanencias, de transformarnos y aprender. Nuestros sueños permanecen; y nuestras ganas también. Hoy hemos vuelto a abrir las puertas de este nuevo Centro Social Okupado y Autogestionado, al que invitamos a todas las personas del barrio, de la ciudad y de todas partes que quieran llegar hasta él, que quieran venir a vivirlo y a construirlo.
 
¡10, 100, 1.000 centros sociales!

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